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Restauración de escultura

La restauración de esculturas es una técnica que busca recuperar la belleza y el valor artístico de una obra escultórica que ha sufrido daños o ha decaído con el paso del tiempo.

Esta práctica es especialmente importante en el caso de esculturas en exteriores, ya que estas suelen estar expuestas a elementos climáticos y a la acción del tiempo, y tienen un valor simbólico y cultural para la comunidad.
El proceso de restauración puede aplicarse tanto al soporte como a las capas de preparación y pictórica. En todo momento, la restauración de esculturas implica un proceso minucioso y delicado, ya que se trata de obras de tamaño y materiales muy variados y, en muchos casos, con una gran carga histórica y simbólica.
En la preparación y capa pictórica, hay que tener en cuenta los que atañen especialmente al soporte de madera. En cuanto a la capa pictórica podemos encontrar policromías al temple, oleo, dorados y plateados respectivamente con panes de oro y de plata, bien sobre bol rojo o negro, o dorados al mixtión.
El proceso de restauración puede incluir diversas técnicas, desde la limpieza y consolidación de la superficie hasta la reparación de los daños y la aplicación de una nueva capa de material. En todo momento, se busca respetar al máximo la integridad y el carácter original de la obra.
En el caso de las maderas que han sufrido ataques de xilófagos, podemos encontrar desde pequeñas galerías, zonas acorchadas y en los casos más graves pérdida de parte del soporte de la obra.
En todas las obras, además puede ser necesario consolidar las diferentes capas, limpiar, reintegrar las diferentes capas y dar un barnizado final de protección.
Los servicios que realizamos entorno a la restauración de escultura:
  • Obra tallada o modelada en diversos materiales: madera (roble, nogal, pino, y árboles frutales), piedra, alabastro, barro, metal, marfil. Esta puede estar policromada, dorada, con diferentes técnicas y materiales dependiendo de la época de ejecución.

Algunos de nuestros trabajos

Puerta del siglo XVIII

Puerta del siglo XVIII, tallada, policromada y con plata corlada.

Piedad XVII

El problema principal de esta talla fue que estuvo muchos años en una pequeña ermita que como puerta tenía una reja, de modo que las inclemencias del tiempo le afectaban de forma directa.

Esta obra consta de varias piezas sujetas entre sí con cola y clavos de forja. Por la parte de atrás está ahuecada.

Llegó toda repintada, y con ataque activo de xilófagos, carcoma.

Se eliminaron los repintes recuperando su policromía original, se le dio un tratamiento para acabar con la carcoma, masillado de las grietas que se habían abierto por los movimientos propios de la madera al secar. Finalmente se reintegró la capa de preparación y pictórica que faltaba y se le dio un barnizado de protección.

Como medida final y para que se mantenga en buenas condiciones fue trasladada a una ermita que reunía condiciones.

Santa Ana y La Virgen XVII

La talla llegó mutilada ya que sobre ella cayeron cascotes en los años 60 al caerse la torre de la iglesia en la que estaba. La cabeza de la Virgen estaba separada del cuerpo, también le faltaba el brazo derecho y el libro que compartía con su madre Santa Ana.

Se colocó la cabeza en su sitio, y en este caso, dado que existían fotografías de la talla antes de que se rompiera, pudo rehacerse el brazo de la Virgen y el librito.

Se consolidó el soporte, las capas de preparación y pictórica, se reintegró la capa de preparación y pictórica, y se acabó con un barnizado final de protección.

San Andrés XVII - XVIII

La talla tenía una abertura longitudinal en el rostro, faltaba capa de preparación y de policromía sobre todo en la parte posterior, a la peana le faltaba soporte y estaba repintada de color rosa. Toda la talla estaba oscurecida por los barnices oxidados.

Se masilló la grieta de la cara, se consolidó el soporte, las capas de preparación y pictórica, se reintegró la capa de preparación y pictórica, y se acabó con un barnizado final de protección.

Santa Ana, La Virgen y El Niño XVI

Esta talla estaba toda repintada, tras eliminar dicho repinte se recuperó la policromía original que era un estofado sobre pan de oro.

Se reintegraron las capas de preparación y pictórica de pequeñas lagunas , y se terminó con un barnizado de protección.

San Ildefonso XVIII

Esta talla estaba toda repintada, tras eliminar dicho repinte se recuperó la policromía original que tenía estofado sobre pan de oro en los ropajes, y en las carnaciones matices más sutiles que el tosco repinte.

Se reintegraron las capas de preparación y pictórica de pequeñas lagunas , y se terminó con un barnizado de protección.

Virgen del Carmen XVIII

Esta talla estaba toda repintada, tras eliminar dicho repinte se recuperó el dorado y estofado de los ropajes de la Virgen y del Niño.

Se reintegraron las capas de preparación y pictórica de pequeñas lagunas , y se terminó con un barnizado de protección.

Relicario de Santa Alodia y Santa Nunilo XVIII

Este pequeño relicario sólo presentaba barniz muy oxidado amarillento que daba a la obra un aspecto amarronado.

Una vez eliminadas varias capas de barniz, se le dio una de protección.

Virgen de los Desamparados XIII

Talla muy deteriorada porque durante muchos años estuvo en la hornacina a la intemperie en un edificio religioso.

Sufrió las inclemencias del tiempo, ataque de insectos xilófagos, carcoma, y fue recubierta de yeso.

Se consolidó lo que quedaba de soporte, y se recuperó la escasa policromía original que existía bajo la capa de yeso, que le fue dada en algún momento. Finalmente se le dio una capa de barnizado de protección.

No fue posible reintegrar los volúmenes perdidos ya que no existe documentación fotográfica de como era en origen.

Paje XVIII

La talla llegó con problemas de estabilidad, faltas de policromía en la copa y botella. Barniz oxidado.

Se devolvió estabilidad a la peana añadiendo la madera que faltaba, se reintegraron las capas de preparación y pictórica de pequeñas lagunas , y se terminó con un barnizado de protección.

Virgen del Rosario XVII

La policromía original de las carnaciones estaba oculta bajo un repinte que cambiaba los rasgos de la Virgen y el Niño. Tenía barnices oxidados.

Se eliminó dicho repinte y los barnices oxidados, y se terminó con un barnizado de protección.

Niño Jesús XVIII

La talla llegó separada de su peana y con el barco y pie derechos sujetos con esparadrapo.

Se acoplaron el brazo y pie derecho mediante espigas de madera, eliminaron barnices oxidados y se terminó con un barnizado de protección.

Crucificado XVI

La policromía original de las carnaciones estaba oculta bajo un repinte , sufría ataque activo de xilófagos, carcoma.

Se consolidó el soporte, las capas de preparación y pictórica, se reintegró la capa de preparación y pictórica, y se acabó con un barnizado final de protección.

Sede o banco presidencial XVII

Este banco policromado y con plata corlada, llego con problemas estructurales, desencajado y con carcoma. Además de faltarle policromía sobre todo en las patas. Todo el muy oscurecido por la oxidación de los barnices.

Se encajaron y encolaron las diferentes piezas ya que con el paso de los siglos la madera había secado y por tanto encogido.

Se consolidó el soporte, las capas de preparación y pictórica, se reintegró la capa de preparación y pictórica, y se acabó con un barnizado final de protección.

San Jorge Alanceando Al Dragón XVIII

En esta talla había problemas de desprendimientos de capas de preparación y pictórica en el cuerpo del caballo.

La espada metálica, regalo de algún feligrés, rozaba la policromía original. El pequeño relicario del pecho de San Jorge tenía el marquito deteriorado.

Se consolidó el soporte, las capas de preparación y pictórica, se reintegró la capa de preparación y pictórica, y se acabó con un barnizado final de protección.